domingo, 10 de enero de 2010

cuidado con las/os rajas, son peligrosas/os



Al venir a Marruecos, y ver que el tráfico era un caos, pensábamos: "los que llevan hostias y bollos en el coche es porque conducen mal". mec, mec,(error).
Estábamos parados en el lado derecho del Bulevard Anfa, de los más populares y largos de Casablanca, muy tranquilos por supuesto, Fito y company sonando en el coche, y de repente, oímos algo a la derecha, un ruido idéntico a ese tan frecuente que se produce cuando un autobús te arranca el retrovisor de cuajo.
En Marruecos, los autobuses, se llaman, "Rajabus", que sería la empresa que los tenía, porque la mayoría de los buses públicos son los que se retiran en Europa, que en lugar de ir al desguace, los rescatan y los traen para acá. Son tan ruinosos, que tienen que llevar la trampilla del motor abierta para que no se caliente o slaga ardiendo.
Recuerdo una vez, que iva yo con un amigo haciendo skate por la villa, cuando, al cruzar la calle, mi colega, distraído como él sólo, pasó por detrás de un autobús de esos, que estaba parado en un semáforo, cuandode repente, sin quererlo ni verlo, se metió en la frente la mejor que he presenciado contra la trampilla del motor. Detrás, había seis marroquíes embutidos en un cuatro latas con la música a tope, que lo vieron todo con cristal panorámico y se empezaron a reír como condenados. Cuando vieron que el chichón se convirtió en brecha, slaieron corriendo y con menos coñas, y cuando vieron que la brecha pasó a ser raja, menos todavía. La historia de la raja en la frente ya sabréis como acaba, pos en el hospital, con el cuatro latas aparcado en la puerta y los seis tíos esperando a ver que pasaba. 

Pero en fin, a lo que ívamos, el retrovisor, bajamos corriendo a hablar con el del autobús que por suerte era honrado y se paró. Hicimos el parte amistoso, y toda la burocracia esa de los accidentes. Parecía que ya estaba todo arreglado y  su seguro lo pagaría, pero es Marruecos, el asunto no acaba cuando debería. El conductor no sabía Francés, que es como nos entendemos con la gente de aquí, asi que rellenó su parte del papel en  árabe. Confiando en él, lo firmamos, mec, mec,(error).
Cuando  fuimos al seguro, que suelen ser unos grandes ladrones en esas empresas, nos digeron que teníamos que pagarlo a medias, algo no nos cuadra, estamos parados, nos arrancan el espejo, ¿y tenemos que pagarlo a medias?. Tras dos segundos de duda nos lanzamos contra el tío de la taquilla (verbalmente) no, puede ser, la culpa es toda suya, hay algún fallo... probamos con todo. Al final el tío nos explicó que el del autobús, había puesto en árabe, que nootros nos incorporábamos a la calle y nos hechamos encima suya (ahí dejó de ser honrado). Lo peor es que no sólo lo pagábamos a medias, si no que a parte, había que pagar más por haber dado parte y ya quedaba en el expediente del coche para el futuro, es decir que sería más dificil contratar un seguro nuevo. O por lo menos más carillo. El problema, no os imaginaréis como acabó porque la situación es peculiar. Gracias  un amigo de otro amigo, que tenía un contacto, conseguimos la firma de uno de los peces gordos de la agencia, y por fin, nos quitaron lo del expediente por dar parte, pero el epejo lo tuvimos que pagar de nuestra cartera. Conclusión: si los seguros son unos chorizos, en Marruecos, es peor todavía, porque se añade que pasan de todo, no tienen seriedad ni responsablidad.
                                                        
                                  Two years latter...
El espejo sigue roto, se ve con él, pero está roto, y además es eléctrico. Al final, y con dos años de retraso, nos trageron el espejo, pero no en Casablanca, si no en Toledo, donde vivíamos antes

3 comentarios:

  1. Que a pasado con Mike esto no está escrito por el...
    Esta en primera persona...

    ResponderEliminar
  2. soy yo, quién lo ha escrito, por eso está en primera persona... MIKE

    ResponderEliminar
  3. Cuando me refiero a "nosotros" es a mi, y la gente con la que estaba en ese momento. sigo siendo Mike

    ResponderEliminar