En fin, yo en España, tenía mi pueblo,( y siguo teniéndolo, nadie se lo ha llevado, ) es "mío" porque mis abuelos viven allí. Pero al estar en Marruecos, surgía un problema, que daba un poco lejos de mi casa.
Al segundo año de estar en Morolandia, vinieron al colegio una mujer y un hombre. Ella era gran profesora de biologia y él un gran sabio y experto conocedor de los ordenadores y sus programas. Un matrimonio con dos hijos, un niño y una niña un poco más mayor. Eran de Madrid, les enseñamos un poco lo que conocíamos de este country, entablamos una gran amistad con ellos. Sólo se quedaban durante un año, más que nada porque el contrato se acababa en ese plazo. Mi hermano se llevaba cojonudo con el hijo pequeño. ( no te enfades por lo de pequeño) P.
Después de ese año, fueron a parar al Norte de Marruecos, a un pueblo/cito tranquilo, con un mar Atlántico, maravilloso. Conocieron a otro profesor, uno de Educación Física, un chaval de 30 añitos, rompecorazones, ligón y con su coche siempre lleno de mierda. Es surfero hasta los... huesos. Él sabe sacar lo cojonudo del asunto. Fue quién introdujo el surf en ese pueblo, enseño a ese hombre, a sus hijos, a mi... El pionero surfero del norte. Él tambiém estuvo en Casablanca, durante menos de un año, de sutituteishon. Yo le conocí durante ese tiempo, en concreto, una vez que me le encontré en la calle del Atlas, venía de pillar unas olitas, y me invitó sin más. Al principio pensé: otro interino de estos que vienen aquí a llevarse bien con todo quisqui. La verdad, es que posteriormente, pasó a ser el tío más majo que pueda haber, se lo monta el sólo, no necesita anadie que le lave los gallumbos. Le admiro mucho.
Un finde, tuve la oportunidad, de ir al norte con ellos, a Larache. No estaba seguro de si quería ir o quedarme en casita. Me alegré mucho de haber ido. Yo hacía bodyboard, y al estar alli, la tentación de la tabla de surf me pudo. Probé, y me gustó. La verdad, es que he probado varios "deportes extremos", el surf, skate, snow board, boyboard, y me he quedado con todos, no sabría a cuál renunciar. No me dí cuenta hasta que el profe de educación física, que fue mi profesor personal e intransferible de surf, me dijo que me acababa de picar el gusanillo de surf, no me lo creía pero más tarde, estando tambien con él, me di cuenta que más que un gusanillo me había picado un pez araña. Fue una de las medias horas más insufribles que he pasado. Si después de eso, que era al principio de aprender a surfear, quería seguir aciendo eso, es que me habia picado un gusano bien gordo y grande.
Al empezar el verano de ese año, pude pasarme casi dos semanas en su casa, conocí a gente con el corazón tan grande como un campo de